La diputación de Valladolid acometerá la restauración del órgano de Nava del Rey

OrganoNava02La Diputación de Valladolid (Servicio de Educación y Cultura) publicó el pasado 10 de febrero la licitación de la restauración del órgano barroco de la Iglesia de los Santos Juanes de la localidad vallisoletana de Nava del Rey. Una intervención más que deseada por todos los navarreses y navarresas que verán cómo uno de los iconos de su ciudad y de toda la provincia volverá a lucir con total esplendor.

La obra deberá ejecutarse en 18 de meses a partir de la contratación, contará con un presupuesto de 268.000 euros y supone la culminación de las intervenciones realizadas en los últimos meses en el templo principal de la localidad.

 

Sin lugar a dudas, el órgano barroco de los Santos Juanes constituye uno de los instrumentos más interesantes del siglo XVIII que pueden verse en la provincia de Valladolid. Se ubica a los pies de la nave central y está concebido con doble teclado y doble fachada tallada, una de ellas con tubos fingidos. La caja está primorosamente tallada con motivos florales, jarrones y figuras de ángeles músicos, decoración similar a la de algunos retablos de la misma iglesia.

Entre los organeros que participaron en su fábrica figuran Julián Martínez Maqueda, Antonio Pérez y José Alsúa. En 1710, el salmantino Manuel de Plasencia se encargó del dorado, dando por finalizada -aunque tendrá reformas posteriores- la fábrica de uno los mejores bienes muebles de la parroquia de Nava del Rey.

Asimismo, la sillería, el facistol y los numerosos cantorales y partituras conservadas en el archivo parroquial denotan la importancia de una capilla de música que, al igual que que su órgano, tuvo su mayor esplendor durante los siglos XVIII y XIX.

OrganoNava01EL ÓRGANO DE NAVA DEL REY
En 1995 el Jesuita Jesús Ángel de la Lama publicó un libro en el que catalogaba los órganos de la provincia de Valladolid. En el caso del de Nava del Rey, el estudio concluía así:

“El órgano de Nava del Rey es uno de los mejores y más antiguos instrumentos que se conservan en la provincia de Valladolid. En su larga singladura de más de un cuarto de milenio ha tenido algunas modificaciones: Cambio de vocabulario en los nombres de algunos juegos, eliminación de muy pocos y sustitución de uno. Aunque conserva en su mayoría el material de origen y las modificaciones de 1880. Su caja es una de las tres más hermosas de la provincia. Su historia es, quizás, la más accidentada que ha tenido un órgano vallisoletano. Su sobre fachada, le hace un caso único en la provincia. Su actual funcionamiento a media máquina delata inequívocamente la calidad, belleza y variedad de sus timbres. En resumen, este órgano histórico merece contarse entre los que consideramos dignos de una restauración prioritaria”.

Diecinueve años después de este estudio, se acometerá la necesaria restauración de una pieza única. Así lo describe el  propio Jesús Ángel de la Lama: “El funcionamiento del teclado manual es perfecto y se observa la integridad absoluta de ajustadores, varillas y tablero de molinetes que lo conectan con las válvulas. Los registros entran y salen dócil y correctamente; sus árboles, brazos y básculas son de hierro, aunque los árboles no son tan gruesos como estamos acostumbrados a ver. Otro de los mecanismos del órgano son los Timbales: están sobre el secreto, situado en el costado derecho, pero la larga reducción está desconectada de sus correspondientes válvulas”.

El Jesuíta hace especial hincapié en el secreto del órgano y la tubería, de excelente calidad: “El secreto está partido en dos mitades y cada una de ellas tiene suministro independiente de aire; está hecho de madeja de pino y en buen estado, aunque causa abandono general. Conserva todas las correderas y panderetes. El total de la tubería alcanza 802 tubos de todas clases y tamaños, ordenados sobre el secreto aromáticamente. De la tubería interior faltan casi un juego completo, concretamente 39 tubos y se hace más sensible en los triples por estar más cerca de la puerta de acceso al interior del órgano”.

El órgano fue construido en tres etapas durante 11 años. El 24 de octubre de 1709 el maestro organero burgalés Julián Martínez Maqueda firma la escritura de contrato para la construcción de un órgano nuevo en la iglesia parroquial de Nava del Rey. Pero entre 1710 y 1711 muere el maestro  Martínez Maqueda y las obras únicamente se quedan en la infraestructura de la tribuna, aunque queda hecha la traza, planta y memoria de disposición de la caja y del órgano.

OrganoNava05En una segunda etapa, continúa la obra Antonio Pérez, vecino de la villa de Peñaranda, que se compromete a entregar la obra para Pentecostés del año 1712 por 20.240 reales de vellón pagaderos en cinco plazos. Se realizan algunas modificaciones sobre el proyecto original de Maqueda entre los que destacan los dos fachadas con su correspondiente cañutería en ambas. Como estaba previsto, la obra del órgano acaba en 1712 pero la iglesia de Los Santos Juanes sigue sin música durante siete años más. Tras la evaluación de los peritos, destacan que “se han encontrado toda la obra de él, excepto la caca, en falso y sin poder servir”. Comienza entonces una nueva serie de exámenes y reconocimientos que culminan en 1717 por Fray Domingo Aguirre y Pedro Cavarría “maestros organeros que vinieron a esta villa a ver si lo fabricado en el órgano que fabricaba el licenciado Antonio Pérez estaba según arte”.

La configuración definitiva del órgano fue obra del organero vasco Joseph de Alsua, quien se compromete en 1718 a “poner y que se fabrique para el servicio de dicha iglesia un órgano que se a de poner en la caja nueva que al presente está asentada en dicha iglesia”.
La caja del órgano se halla tal y como la dejaron Antonio Pérez y el dorador Manuel de Plasencia en 1712. Consta de dos fachadas guarnecidas de cañutería, cuatro ángeles músicos y es necesario hacer reformas interiores para la instalación del órgano de Ecos, con su teclado correspondiente y sus registros. José de Alsua reconoce la extraordinaria labor ornamental de la caja por eso añade que las reformas se han de hacer “con todo arte…no desdiciendo de la hermosura de la caja y que la talla que oy está no se ha de condenar”.

El 15 de marzo de 1720 se entrega la obra del órgano que acaba así con once años de pleitos, trabajos e interrupciones.

LOMEJOR.COM / FOTOS: CARLOS GARCÍA