La Dama del Armiño conquista Madrid

El valiosísimo cuadro de Leonardo da Vinci se exhibe por primera vez en España, junto a otras 190 obras en el Palacio Real

La dama del armiño”, el célebre retrato de Leonardo da Vinci, conquista el corazón de los madrileños y reúne miles de visitantes en la exposición “Polonia, Tesoros y Colecciones Artísticas”. El cuadro se puede contemplar junto a otras 194 obras en el Palacio Real de Madrid hasta agosto. Esta valiosísima pintura se exhibe por primera vez en España gracias a Patrimonio Nacional  y a las gestiones realizadas con el Museo Nacional de Cracovia, en colaboración con la Fundación Banco Santander y Acción Cultural Española. 

La exposición recoge cuatrocientos años de las conquistas artísticas y culturales de Polonia, y explícitamente su edad de oro: los siglos XVI y XVII. Esta muestra reúne obras de inestimable valor y diferentes disciplinas como pintura, escultura, tapices, artes decorativas y obras literarias. La exposición está abierta al público hasta el 4 de septiembre de 2011 en las Salas de Exposiciones Temporales del Palacio Real de Madrid.

El cuadro de Leonardo da Vinci “La dama del armiño” es la estrella de esta exposición. Fue adquirido por el Príncipe Adams Herzy Czartoryski hacia 1800. A partir de entonces compartió el destino de Polonia, cuyo territorio se hallaba repartido entre Rusia, Prusia y Austria. Las tropas zaristas, la guerra entre Francia y Prusia, y la Comuna de París obligaron a continuos desplazamientos de la obra. Fue confiscada durante la II Guerra Mundial y finalmente devuelta a Cracovia al finalizar la contienda.

expopalacioreal1Cecilia Gallerani, joven dama de la corte milanesa, de 17 años en la pintura, fue amante del duque Ludovico Sforza el Moro. Retratada por Leonardo (1493), el nombre griego del armiño (gale) se corresponde con las dos primeras sílabas del apellido Gallerani. El armiño podía haber también una referencia a Ludovico el Moro, llamado en ocasiones Ermellino (armiño en italiano). C. Pedretti (1990) desarrolló  esta identificación relacionando el apodo del duque con el hecho de que en 1488 el rey de Nápoles, Fernando I de Aragón, le concediera la Orden del Armiño -este animal estaba considerado desde la Antigüedad un símbolo de pureza, y además había aparecido en un grabado de Leonardo (h. 1490) que, según Pedretti, era un proyecto de medalla para Ludovico. Ese grabado representa a un cazador con un armiño que prefiere ser atrapado antes que atravesar el círculo de barro en el que está encerrado, y seguramente se completaría con el lema «Malo mori quam foedari» (Mejor morir que mancillarse), que aparece junto al animal en los emblemas de Federico da Montefeltro, duque de Urbino (miembro de la Orden del Armiño).

La doctora Beata Bietronska Slota, comisaria de la exposición, señala la relación entre el Arte y la Historia Moderna Europea, con obras de artistas como Lucas Cranach, Rembrant y Leonardo da Vinci; tapices de Bruselas; armaduras;  ejemplos de las artes decorativas, monedas y medallas, libros, documentos y mobiliario.

La exposición “Polonia. Tesoros y Colecciones Artísticas” arranca del mecenazgo de una burguesía floreciente y poderosa que está detrás de una importante colección de retablos y esculturas de carácter religioso. Se exhiben piezas de los siglos XIV, XV y XVI entre las que destacan una Virgen con el Niño y la imagen de San Estanislao, patrón de Polonia.

El arte del Renacimiento se introdujo en Polonia gracias a la Nobleza y a los numerosos viajes de los artistas polacos a Italia. No obstante, Polonia no renunció a sus vínculos artísticos tradicionales adquiriendo para sus colecciones obras de arte de los principales centros europeos, ejemplo de ello son los dos tapices expuestos en la Sala 2. Durante el siglo XVII Polonia recibe asimismo un fuerte influjo del arte oriental con un impacto muy notable en las artes decorativas, así como en los retratos de los reyes polacos. En las Salas 4 y 5, se pueden contemplar, a través de distintas obras de arte, una serie de ritos funerarios característicos de la cultura polaca.

El Rey Juan III Sobieski participó de forma decisiva en la victoria de Viena contra el ejército turco. En la Sala 6 se ofrecen espléndidas litografías de la batalla. A su vez hay un extraordinario ejemplo de la tipología polaca de las armaduras. En las Salas siguientes, 7 y 8, está presente la profunda creencia de la intercesión de la Virgen en el Sitio de Viena, gracias a lo cual el ejército polaco pudo regresar sano y salvo. Numerosas ofrendas así como regalos fueron ofrecidos por el Rey y los Nobles a las principales iglesias como muestra de agradecimiento.

La época sajona está representada por los reinados de los príncipes Augusto II el Fuerte (1697-1733) y Augusto III (1733-1763). El gusto y el arte polaco con referencias francesas y alemanas surgen como expresión de la independencia espiritual de la nobleza polaca. La indumentaria kontusz y las artes decorativas conservan su toque de identidad cultural. En la Sala 9, se contemplan los retratos de los Príncipes sajones, una extraordinaria alfombra persa, piezas de porcelana de los centros nacionales  así como cristal y mobiliario de la época.

Con el Rey Estanislao Augusto Poniatowski la colección real polaca adquiere una notable importancia en calidad y cantidad. El interés del monarca queda reflejado en las artes, la literatura y las ciencias y nombra asesor de la Colección al pintor italiano Marcello Bacciarelli. Es una etapa de plenitud que coincide con la redacción de la Constitución polaca, una de las primeras del mundo (1791). Todo ello aparece reflejado en la Sala 10 de la exposición. A partir de entonces, finales del siglo XVIII y principios del XIX, el relevo artístico se desarrolla dentro de las grandes casas de la nobleza polaca. Aparte de la colección de Estanislao Agusuto Poniatowski hay que resaltar las colecciones Raczynski, Czartoryski, Lubomirski y Lanckoronski. 

Obras de las colecciones de la nobleza acabaron formando parte de los museos polacos, en especial del Museo Nacional de Cracovia donde se conservan actualmente. Como ejemplo de ello en la Sala 11, se admira el retrato de Rembrandt “”La niña en el marco (1641), “La Anunciación”, del maestro Jerzy (1517) y el retrato de “La emperatriz Isabel de Portugal”.  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.