Extremadura: Exuberante por naturaleza

 Extremadura: Exuberante por naturaleza.

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Los grandes parajes como los Parque Naturales de Monfragüe, Garganta de los Infiernos y Cornalvo son grandes atractivos turísticos de una Región que acoge cada año a más de un millón de turistas españoles y extranjeros. Además, los turistas pueden encontrar en las grandes urbes extremeñas como Cáceres, Mérida o Badajoz los vestigios de un pasado esplendoroso que ha dejado su huella indeleble en una de las regiones más desconocidas y más maravillosas de España.

 

Más de un millón de turistas españoles y extranjeros viajan cada año a Extremadura, una región que es exuberante por naturaleza. En Cáceres y en Badajoz, los visitantes quedan asombrados por los magníficos paisajes naturales. Los grandes parajes, como los Parques Naturales de Monfragüe, Garganta de los Infiernos y Cornalvo, se suman a  enclaves históricos como los monasterios de Guadalupe y Tentudía, lugares de especial relieve para hacer animadas excursiones.  

La Comunidad extremeña, de gran extensión y la baja densidad demográfica, ha conseguido conservar su medio natural prácticamente intacto. Esta circunstancia ha permitido que ahora se ponga una especial atención en la conservación y preservación de la naturaleza, para que el desarrollo sea compatible con el respeto al Medio Ambiente. Las directrices del desarrollo regional se basan en el más estricto respeto por los recursos naturales. Gracias a ello, Extremadura es conocida como una Región ecológica por excelencia, y los extremeños cuentan con  el conjunto de espacios naturales más numeroso, interesante y único de la vieja Europa.

Hasta 54 espacios naturales se distribuyen por toda la Región extremeña. Algunos ya han sido reconocidos oficialmente como parques naturales o reservas naturales; por ejemplo los de la Reserva Cinegética del Cijara, el Parque Natural de Cornalvo o el Parque Natural de Monfragüe, la Reserva Natural de La Garganta de los Infiernos y el Monumento Natural de los Barruecos. Esta riqueza natural ha propiciado en los últimos tiempos, sobre todo en las comarcas con gran potencial paisajístico, como La Vera, el Valle del Jerte, la Sierra de Gata... el desarrollo de un tipo de turismo más acorde con las nuevas tendencias de la demanda internacional, que reclama un turismo más respetuoso con el Medio Ambiente y más integrado en el mismo. Extremadura es un destino ideal para el denominado turismo rural. Cada vez más los turistas buscan el encanto de lo tradicional y en esta Región es donde mejor de puede rememorar el pasado.

De entre los espacios naturales extremeños destacan Las Hurdes. Situadas al norte de la comunidad, fronteriza con tierras salmantinas, portuguesas y con las comarcas de Sierra de Gata, Valle del Ambroz y al sur con las tierras del Valle del Alagón, esta comarca está repleta de bellos rincones donde se conservan originales construcciones hurdanas, que conforman una arquitectura popular a base de piedra, madera y cubiertas con típicas pizarras negras. Serranías de gran belleza donde nos sorprenden majestuosos saltos de agua y bellos meandros de sus ríos, juntos con sus gargantas de aguas cristalinas y piscinas naturales, ejemplo de ello es, Pinofranqueado, que posee una de las piscinas naturales más atractivas de toda la comarca.

Otro de los enclaves naturales destacados en la comarca de La Serena. Está situada en la parte centro oriental de Extremadura que linda con la provincia andaluza de Córdoba.

En la Edad del Bronce los primeros habitantes dejaron sus huellas plasmada en pinturas rupestres, monumentos megalíticos y recintos amurallados. Los romanos fundaron algunas de sus ciudades y construyeron calzadas y termas. Los mudéjares construyeron importantes edificios públicos y religiosos de importante valor artístico. La Conquista de América, el Concejo de Mesta y La Orden de Alcántara marcaron un antes y un después en el futuro de esta comarca.

Considerada uno de los enclaves mejor conservado de la Península posee grandes extensiones de encinares, es hábitat de numerosas aves autóctonas y migratorias, que se mezclan con amplias explotaciones de olivares y algunos viñedos. Territorio dedicado mayoritariamente a la ganadería y agricultura, destaca por la producción de quesos de la Serena reconocidos con la Denominación de Origen Tortas de la Serena.

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Además, Extremadura puede presumir de contar con un legado histórico artístico de primer orden gracias a las huellas de todos los pueblos y culturas que han pasado por la Península Ibérica. Los museos arqueológicos de la Región dan testimonio de ello. Los tesoros patrimoniales que se encuentran a lo largo y ancho de la Comunidad Autónoma conforman un legado enorme que va desde los yacimientos prehistóricos y prerromanos, hasta muestras materiales del período orientalizante, conocido como “Tartésico”, sin contar la apabullante presencia de monumentos de la cultura romana y los restos visigodos, árabes y judíos.

Mérida, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1993, fue fundada en el año 25 a.C. y se convirtió en la capital de la Provincia Hispana Ulterior Lusitana. Ahora es la sede del festival de teatro más importante de España. El Festival de Mérida, que se inicia en verano acoge obras clásicas y modernas para divulgar la cultura.

Con la dominación islámica, esta capitalidad extremeña se trasladó a Badajoz, sede del Reino Taifa del mismo nombre. Tanto romanos como árabes dejaron un profunda huella en el legado histórico-artístico extremeño, sin parangón en cualquier otra Región de la Península. Las raíces de estas culturas son las del pueblo extremeño.

Pero la configuración de la Extremadura se gestó con la Reconquista, que daría lugar, a finales del s. XV, a una de las páginas míticas de la historia regional, los Conquistadores de América, cuyo influjo se observa en la ciudad monumental de Cáceres, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986, en Trujillo, Jerez de los Caballeros, Barcarrota, Medellín, Brozas y otros lugares de Extremadura. Las riquezas de los conquistadores se emplearon en la construcción de palacios, conventos y castillos, elementos fundamentales del patrimonio histórico-artístico de la Región.

La vida monástica de Extremadura tiene tres grandes representantes: El Monasterio de Guadalupe, Patrimonio de la Humanidad en el año 1993, el Monasterio del Yuste, retiro y última morada del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, y el Monasterio del Palancar, el monasterio más pequeño del mundo, unido para siempre al recuerdo del santo asceta San Pedro de Alcántara.

Para mostrar su patrimonio, Extremadura dispone numerosos museos. Y parte del patrimonio cultural está destinado a uso turístico en Paradores y Hospederías.

TEXTO: JOSÉ LUIS MARTÍN